Las BACRIM, una Amenaza para el Movimiento Obrero, Campesino y Popular

Re-institucionalización del estado

Crece la preocupación por el avance la ultraderecha en el país, tanto desde su versión legal-parlamentaria (centro democrático, Opción Ciudadana), como su versión ilegal o renegada.

Autor: Iv.

Durante el gobierno de Santos la burguesía tradicional en especial el sector industrial-financiero se la jugó a la re-institucionalización del estado, poniendo en manos de las fuerzas armadas y el sistema de justicia la represión al movimiento obrero y social – es decir por las vías legales-, esto se evidencia en varias capturas por para-política y disminución (aunque no hasta cero) de la cuota paramilitar en el parlamento, la adecuación y modernización del estado hace parte de “ordenar la casa” para poner facilitar la llamada inversión extranjera, es decir, los negocios que favorecen principalmente al imperialismo norteamericano. No obstante, aunque a nivel central el gobierno de Santos ha logrado hasta cierto punto su objetivo, a nivel regional las élites clientelistas se han reconfigurado con nuevos aliados legales e ilegales para garantizarse el control de sus negocios.

¿Neo-paramilitares?

El país ha visto el ascenso en el poder de las Bandas Criminales, BACRIM, verdaderos ejércitos delincuenciales dedicados no sólo al narcotráfico sino también a la minería ilegal, tráfico de personas, asesinato por encargo, extorsión (boleteo, vacuna), entre otras. En los territorios que controlan estas bandas actúan como un verdadero para-estado capaz de someter a la población mediante su propia ley, e incluso asesinar miembros de la policía; ejercen además un control social con características fascistoides actuando como grupos de “limpieza social” y atacando a prostitutas, jóvenes y personas LGBT. Aunque este tipo de agrupaciones criminales son un verdadero fenómeno social en una gran parte de América (Maras salvadoreñas, ejército del Chapo en México), en Colombia estas bandas tienen una particularidad que las hace más peligrosas desde el punto de vista político y social, y es su carácter de continuidad del paramilitarismo.

Con el proceso de “desmovilización” del aparato paramilitar adelantado en el gobierno de Uribe, varios miles de miembros de organizaciones paramilitares no se desmovilizaron y permanecieron hasta el momento como bandas de crimen organizado, pero también continuaron cumpliendo un papel de represión y persecución al movimiento social y popular, aunque con menor frecuencia sindicalistas, defensores de derechos humanos y activistas continuaron recibiendo amenazas mortales por parte de estas agrupaciones en especial de las llamadas AGUILAS NEGRAS. En el último período ha crecido la influencia – fruto de su éxito en los negocios- del llamado clan Úsuga, los Urabeños y las Oficinas, al tiempo que en lo corrido del año se habla de entre 15 y 28 asesinatos políticos a miembros de la oposición de izquierda.

Es tal la evidente continuidad que ya se está empezando a hablar de neo-paramilitarismo, sin embargo, algo es importante aclarar, y es que estas bandas tienen mucho más de criminales que de políticas, no se hacen al control territorial por la vía de las elecciones sino principalmente por la vía de la fuerza, si bien en algunas regiones combinan. El término paramilitar denota que estas organizaciones actúan de manera paralela al estado, hasta cierto punto con su complicidad y connivencia, históricamente en Colombia ha sido así, pero las BACRIM actuales no están actuando de manera subordinada al aparato del estado, se relacionan con sectores de la lumpen-burguesía asociados a negocios ilegales, que en pugna con el sector que gobierna utilizan todos los medios de presión para ganar en la correlación de fuerzas por sus intereses.

Sin embargo, estas bandas actuales no tienen el nivel de subordinación a las élites terratenientes y empresariales que tuvieron las AUC en el pasado, por sus mecanismos de financiación cada vez más independientes ya no actúan como simples mercenarios a sueldo, sino que tienen sus propios intereses que resguardar, el control que tienen sobre ellos los grupos políticos con los que mantienen nexos o que son de la simpatía de las bandas es limitado; de hecho crece la relación de las bandas colombianas con las mexicanas. De hecho, a pesar de ser estructuras verticales, no tienen un mando único, sino que obedecen a diferentes grupos entre ellos los Úsuga, los Urabeños, la Empresa, la Oficina de Envigado, la Oficina del Caribe, etc.

Es decir, que en términos precisos no se trataría de un aparato paramilitar en el sentido clásico de la palabra, sólo eso puede explicar que se ensañen contra el proceso de paz promovido por el gobierno y contra la organización política MARCHA PATRIÓTICA, al gobierno de Santos no le son funcionales estos aparatos en este momento.

Su relación con la política legal y el Estado

Desde el año 2011 se implementa la Estrategia Multimodal De Lucha Contra Las BACRIM  por parte de MINDEFENSA, recientemente se han intensificado las acciones militares y policiales, se aumentó la recompensa por la captura de Otoniel y recién se capturó a su jefe de sicarios; pero el gobierno de Santos tiene una posición contradictoria frente a esas bandas, las combate en lo militar al tiempo que mantiene relaciones políticas y negocios con su ala política permitiendo hasta cierto punto el desarrollo de sus fuentes de financiamiento, de hecho le ofrece al sector uribista todo tipo de arreglo con tal de ganarlo para su política, las marchas del 2 de abril contaron con totales garantías. También ambos sectores burgueses al tiempo que tienen algunos intereses antagónicos, tienen total unidad cuando se trata de recortar los derechos de los trabajadores o de reprimir a los campesinos.

Asesinatos y amenazas que afectan a maestros, indígenas, afros y en particular al movimiento MARCHA PATRIÓTICA han sido el pan de cada día en los noticieros en los últimos meses; abril inició con un paro armado decretado por los Úsuga en 12 departamentos, en varios municipios se aterrorizó a la población, y se dio un despliegue de poder al menos preocupante. En el mismo fin de semana del paro armado, por una coincidencia imposible de ignorar, se desarrollaron las marchas convocadas por el uribismo en contra del proceso de paz.

Hemos caracterizado esta movilización como reaccionaria, los sectores más retardatarios de la sociedad (narco-latifundista), en pugna con el otro sector de la burguesía (industrial-financiero) instrumentalizan el descontento social contra el gobierno de turno y sus medidas económicas anti-populares, y el repudio que han conseguido las guerrillas con su accionar ajeno a las masas. Las principales diferencias entre ambos campos burgueses tienen que ver con el proceso de desarme, la concentración de los guerrilleros y su participación en política, sin embargo, ese sector ya está de hecho más dentro que fuera del negocio, en especial porque el acuerdo de justicia transicional les garantiza la impunidad más completa. Lamentablemente la asistencia a estas marchas fue importante, algunos las han catalogado de masivas, al menos 15 mil personas marcharon en las principales ciudades, resultado de la polarización social alrededor del acuerdo próximo a suscribirse.

Las diferencias que tienen respecto al proceso de desarme y concentración, así como sobre la participación de los desmovilizados en política, tienen que ver directamente con el control de los territorios en los que se desarrollan los megaproyectos de la llamada locomotora minero-energética. El asunto del control territorial se expresa en el terreno de lo legal con la oposición del sector de derecha en cabeza del procurador a aspectos de la ya de por sí limitada ley de de tierras, incluso en las marchas del 2 de abril se vieron camisetas con la leyenda “no a la restitución de tierras”, varios líderes campesinos, y afros por la restitución han sido asesinados desde el inicio del proceso. Lo que tratan es de poner los intereses de los “compradores de buena fe” (beneficiarios del despojo) por encima de los intereses de los campesinos desplazados. También la ley de ZIDRES va en contravía total de los desplazados poniendo el interés mercantil por encima de cualquier derecho humano.

Aunque desde luego la derecha parlamentaria niega cualquier relación con las BACRIM, estas bandas convocaron abiertamente a las movilizaciones del 2 de abril, y en varios panfletos demostraron su compromiso con la defensa de los intereses de ese sector de la burguesía. Al tiempo que el uribismo niega su relación con ellas, el gobierno de Santos insiste en negar su carácter de continuidad del paramilitarismo, bajo el argumento de no reconocerles estatus político. Pero al tiempo que no les reconoce estatus político, también niega la responsabilidad del estado en la formación de estas bandas, la relación entre la situación actual y el proceso de desmovilización de los paramilitares, y varias décadas de actuación conjunta entre los grupos paramilitares y las fuerzas armadas.

Un posconflicto que puede ser muy violento

En ese caso cabe preguntarse la razón de este aparente auge de la derecha y el paramilitarismo, y cuál debería ser una postura independiente de los trabajadores. La mayoría de las organizaciones de izquierda y las burocracias sindicales con su política de colaboración de clases, le firman un cheque en blanco al gobierno a cambio del acuerdo de paz, al tiempo que desarman al movimiento obrero y popular, esa política de apoyo irrestricto a las negociaciones, se ha convertido por la vía de los hechos en apoyo abierto o velado al gobierno y legitimación de sus actos, haciendo la vista gorda ante la complicidad de Santos con el accionar de estas bandas y su relación con el gobierno de Uribe en el pasado reciente. La misma semana que asesinaban a Klauss Zapata, la burocracia sindical cenaba en el palacio presidencial.

El peligro y la amenaza que para los trabajadores y campesinos significa el crecimiento de estas bandas delincuenciales es enorme, las direcciones políticas de izquierda y las organizaciones obreras deberían estar llamando a la organización independiente de los trabajadores para defenderse, llamando a paro total de la producción ante cualquier asesinato de líder sindical o social, al tiempo que se exige al estado la protección de todos los ciudadanos. Pero lo que sucede es contrario, nos llaman a la paz, a la reconciliación, a “construir la paz juntos”.

Es un crimen entregar o enterrar las armas en poder de la insurgencia en lugar de entregarlas a las organizaciones obreras e indígenas para su autodefensa; y mientras tanto, verdaderos ejércitos se arman hasta los dientes para controlar los territorios y los jugosos negocios ilegales que hasta ahora han estado en control de la guerrilla, casualmente los territorios con mayores riquezas naturales, condenando a la miseria y la barbarie a los pobladores, y a la destrucción de la naturaleza. La evolución observada en México y Salvador, así como situaciones como la de la comuna 13 en Medellín, demuestran que a través del control de redes de microtráfico estas agrupaciones pueden hacerse al poder de los grandes centros urbanos, lo cual es ya un cambio respecto al comportamiento de los antiguos paramilitares.

Siendo así las cosas puede que el periodo de posconflicto no solo no garantice la paz social para Colombia, sino que se desarrolle una escalada de violencia que ni el mismo estado pueda controlar, inclusive con el nivel de degradación actual de la guerra, no se puede descartar que actuales miembros de la guerrilla decidan unirse a las bandas criminales, similares cosas ya han sucedido como resultados de desmovilizaciones parcialmente fallidas, en el pasado reductos conocidos como chusmas o bandoleros y más adelante con el EPL cuando un grupo de estos se integró a los paramilitares. Esta escalada de violencia afectaría desde luego a la población indefensa y los luchadores sociales, pero también hay que considerar la posibilidad de que se emprenda un verdadero exterminio contra los desmovilizados y las organizaciones políticas que simpatizan con su política.

La única salida es la organización independiente de los trabajadores, y los campesinos pobres

El combate militar además no ha demostrado en otros países como México y Salvador ser una buena salida, más bien la guerra y la violencia se convierten en enorme negocio del cual se lucran los empresarios de la guerra, guerra en la cual la militarización y control policivo terminan yéndose contra los luchadores sociales; además este tipo de organizaciones criminales tienden a permear las instituciones militares haciéndose a socios, aliados y cómplices en su interior, en Colombia el origen en el paramilitarismo hace que cuenten con relaciones ya existentes. Estas bandas se nutren de la crisis social de la juventud desprovista de educación y empleo, y de la descomposición social causada por la pobreza y la marginalidad.

No podemos confiar en las putrefactas y criminales fuerzas armadas colombianas, ni tampoco llamar a los trabajadores a confiar en la justicia burguesa. Mucho menos podemos aceptar que a estos criminales se les de tratamiento de delincuentes políticos y permitir que se acojan a la llamada justicia transicional buscando cobijarse de la impunidad. Desde la perspectiva socialista, las organizaciones de los trabajadores deben llamar a:

  • organizar la auto-defensa de los trabajadores, indígenas, afros y campesinos pobres
  • paro de la producción ante cada asesinato de un sindicalista o líder social
  • atacar sus fuentes de financiamiento mediante el control obrero, campesino, afro e indígena sobre los territorios.
  • política de educación y empleo plenos para la juventud pobre con el fin de evitar que ingresen en estas bandas al no tener otro proyecto de vida.
  • Legalización de la droga para acabar con el negocio del narcotráfico.
  • Reparación real para las víctimas que incluye el retorno a los territorios con verdaderas garantías, la derogación de las leyes anti-obreras, y las garantías de no repetición
  • Juzgamiento de los responsables materiales y a sus patrocinadores por los asesinatos y persecuciones en tribunales obreros y campesinos

Bibliografía

http://lasillavacia.com/node/55462

http://unradio.unal.edu.co/nc/detalle/cat/un-analisis/article/lunes-de-politica-23.html

http://ustelsalvador.cf/index.php/2013-01-31-07-20-51/2013-01-31-07-21-59/item/112-paso-a-la-juventud-trabajadora

http://www.elespectador.com/noticias/politica/asesinado-otro-lider-afro-choco-articulo-627955

 

356 Comentarios