Definamos un Plan de Lucha Contra Santos

Mientras  no se logren unificar las luchas, el gobierno y los capitalistas las derrotarán por separado, y las direcciones de las centrales obreras y de sindicatos con capacidad de movilización como la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) le están colaborando al gobierno para que se apliquen sus planes. Al cierre de esta edición se estaba cerrando una importante coyuntura de conflictos, la segunda del presente año, en la que el pulso lo estaba ganando el gobierno nacional, gobiernos locales como el de Peñalosa en Bogotá y los patronos.

Autor: editorial de El Socialista 702

La legalización de la tercerización laboral con el decreto 583 que dejó firmado el exministro del trabajo Luis Eduardo Garzón no ha recibido la respuesta de movilización que se requiere; la venta de la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB) ya fue aprobada en el Concejo y así el alcalde Peñalosa avanza en su objetivo de feriarla. El paro agrario terminó en una situación difícil porque estuvo aislado, sin coordinación con los demás conflictos; el magisterio salió a un día de paro y su dirección se conformó con el nombramiento de una mesa de negociación para determinar que el paro no sería indefinido.

Se está perdiendo la oportunidad, en cuanto a condiciones, para un paro nacional, que es lo que pude golpear al gobierno y hacerlo retroceder en sus planes contra los trabajadores. Así el gobierno se puede salir con la suya y las direcciones de las centrales obreras estarán cumpliendo lo que declaró Julio Roberto Gómez, presidente de la CGT, que su tarea es descomprimir el descontento social con jornadas de movilización controladas.

Pero como los planes contra los trabajadores y los sectores populares se siguen aplicando y se aprobaran más leyes lesivas. La resistencia se seguirá expresando y la necesidad de un paro nacional será cada vez más urgente. Se aprobó un encuentro nacional para 8 y 9 de julio. Ha sido una convocatoria tardía. Ese encuentro debió haberse realizado antes del paro agrario, pero las direcciones lo dilataron. Ya por la limitación de su convocatoria, en el número de participantes, se anuncia que será un encuentro en donde las direcciones sindicales y políticas pretenderán que no se vote un verdadero paro nacional, y que el encuentro esté al servicio de seguir apoyando a Santos con su plan de paz, que como ya se ha dicho es en realidad de guerra social. El plan incluye la negociación con la insurgencia, por un lado, y por otro, las medidas económicas y políticas contra los trabajadores en el posconflicto. La forma como ha sido tratado el conflicto agrario con represión y muertos indica cómo será el comportamiento del régimen político en el posconflicto. No habrá apertura democrática y la crisis social se profundizará cada vez más, agudizándose la lucha de clases.

Para que salga algo del encuentro nacional, que sirva para darle una perspectiva a los conflictos en curso y los que vienen, es necesaria una participación masiva. Que en los sindicatos y organizaciones sociales se elijan delegados y se participe con propuestas para elaborar un pliego nacional unificado y alrededor de él unificar la lucha, es la única forma de lograr que sea un encuentro de lucha y no de concertación. También es importante una amplia participación de delegados de los sectores en conflicto y que allí se vote un paro nacional para enfrentar a Satos, no para concertar.

13 de junio de 2016

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