Por el Derecho a Ir Solas y Contra el Descaro de los Estados

Han aparecido muertas, ultrajadas, vejadas las chicas argentinas desaparecidas Marina y María José; sus cuerpos violentados pocos días antes del 8 de marzo nos recuerdan como un estigma vivo lo que es el machismo, lo que es la violencia, y lo que es la desidia y el descaro de los estados.

Viajaban las “solas” aunque estaban las dos, y este se convirtió el motivo principal por el que las desaparecieron, las mataron y acabaron con sus jóvenes vidas; ahora cuando ya es tarde Macri y Correa se dan golpes de pecho y mojan prensa con sus afligidas palabras, cuando en la realidad no hacen nada para combatir el machismo y la violencia machista en sus países, cuando el mismo Correa reproduce esta ideología en sus discursos contra el aborto, contra los derechos lgbt.

Hace 4 años en el mismo Ecuador (aunque en realidad puede ocurrir y ocurre en cualquier país) Carolina Garzón salió sola de la casa (o eso se cree) que compartía con sus amigos de viaje, casualmente también estaba mochileando por el mundo, por su querido Ecuador, cuando alguien, no sabemos quién, la desapareció. No sabemos a dónde fue, si corrió la misma suerte que Mariana y María José o no, pero alguien decidió que no tenía derecho a seguir con su viaje y así es como el nombre de Carolina tiene todo que ver con Mariana, con muchas Carolinas y Marianas que recorren el mundo intranquilas porque al acecho están quienes no pueden perdonarle a una mujer que viaje “sola”, que se mande sola.

Se ha conocido una carta viral en la que se cuentan las preguntas que se le hacen a las muertas, que por qué estaban en esa zona peligrosa, que por qué viajaban sin sus padres o maridos, que por qué andaban por ahí sin plata. Cuando desapareció Carolina se hicieron preguntas semejantes, que si Carolina no se iría a la guerrilla, que si no se habría volado con un hombre, que a lo mejor ella misma decidió lazarse al río, que si consumía drogas. Se cuestiona a los padres por su crianza, y al final la culpa era de ellas por andar solas.

Al presidente Correa le indignan muchas cosas, por ejemplo le indignó mucho que un estudiante costarricense entrara a un auditorio preguntando por Carolina Garzón, le indigna también según ha dicho que se dude de las investigaciones de la justicia ecuatoriana sobre el caso de Mariana y María José; pero no se ha visto que se indigne por los feminicidios y miles de desapariciones de mujeres en su territorio, a mí me parece un descarado que sólo utiliza las víctimas y sus familias en su beneficio. Por su puesto los demás presidentes de la región se le parecen bastante.

La realidad es que los estados deben proteger la integridad y la vida de todas las personas sin importar su género, sin importar su nacionalidad, la realidad es que se deben invertir recursos reales para prevenir la violencia y se deben hacer todos los esfuerzos para esclarecer los casos que se presenten; la realidad es que las mujeres tenemos derecho a andar solas, de a dos o de a tres, y que si dos hombres solos las ven deben dejarlas tranquilas como están.

Por justicia para Mariana y María José, que se investigue la responsabilidad de los victimarios y del estado.

Que aparezca Carolina Garzón y todas las jóvenes desaparecidas en el Ecuador.

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